Ciudad de 15 minutos

Un modelo urbano que ya no responde

En muchas ciudades, la vida cotidiana está marcada por la distancia. Las viviendas se encuentran en la periferia, los servicios se concentran en pocas zonas, y los trayectos ocupan buena parte del día. La organización actual del espacio urbano impone una rutina fragmentada y, en muchos casos, ineficiente.

Este modelo, que prioriza la movilidad motorizada y la separación estricta de funciones —residencial, laboral, comercial—, muestra señales de desgaste. Sus consecuencias son visibles: congestión, pérdida de tiempo, desigualdad en el acceso a servicios y deterioro del espacio público.

La pregunta ya no es si hay que cambiar, sino cómo.

 

El principio de proximidad

Carlos Moreno, urbanista franco-colombiano, propuso un enfoque distinto: la ciudad de 15 minutos. Una ciudad donde todas las necesidades básicas —trabajo, salud, educación, alimentación, recreación— se encuentren a no más de 15 minutos a pie o en bicicleta desde el hogar.

Este concepto no implica construir ciudades nuevas, sino reorganizar las existentes para reducir la dependencia del automóvil y mejorar la calidad de vida. En lugar de grandes infraestructuras, propone intervenciones a escala de colonia: más servicios de proximidad, mejor conectividad peatonal y espacios públicos accesibles.

La ciudad de 15 minutos es una forma de revalorizar el entorno inmediato como un espacio funcional, activo y suficiente.

 

Usos mixtos: una herramienta urbana concreta

Una de las formas más eficaces de avanzar hacia este modelo es a través de edificios de usos mixtos: desarrollos que combinan vivienda, comercio, oficinas y, en algunos casos, equipamiento cultural o social en un mismo lugar.

A diferencia de los desarrollos monofuncionales, los usos mixtos fomentan la actividad durante todo el día, reducen los desplazamientos innecesarios y activan el espacio público. También contribuyen a diversificar la economía local y fortalecer el tejido social.

Proyectos como Distrito Teatro, en Xalapa, y Chankanaab, en Tulum, ejemplifican esta lógica. El primero se organiza alrededor de un centro cultural que da identidad al conjunto y lo vincula con la vida de la colonia. El segundo apuesta por una arquitectura permeable, adaptada al clima y al contexto natural, que permite una ocupación flexible. Ambos demuestran que los usos mixtos pueden responder a dinámicas locales sin imponer un formato único.

Ambos proyectos muestran cómo es posible diseñar desde la complejidad sin perder claridad, y cómo los usos mixtos pueden responder a dinámicas locales sin imponer un modelo único.

 

Conclusión: una ciudad más eficiente, no necesariamente más grande

El debate urbano actual ya no gira únicamente en torno al crecimiento, sino a la eficiencia y calidad del entorno construido. La ciudad de 15 minutos no es una solución universal, pero sí una guía útil para repensar la proximidad como un valor urbano.

Su implementación requiere políticas públicas coherentes, planeación territorial responsable y, sobre todo, voluntad de romper con inercias heredadas.

El reto no es menor: diseñar ciudades que funcionen mejor para más personas, sin depender exclusivamente del movimiento. Ciudades que, sin dejar de ser densas o complejas, sean también accesibles, completas y habitables.

 

Preguntas frecuentes (FAQ)

1. ¿Qué diferencia a la ciudad de 15 minutos de otros modelos urbanos?
Su énfasis está en el tiempo y no en la distancia. Busca reorganizar servicios y actividades para reducir la necesidad de desplazarse.

2. ¿Cómo se aplican los usos mixtos en la práctica?
Mediante proyectos que integran funciones complementarias en un solo lugar: vivienda, comercio, oficinas, educación o recreación, de forma planificada.

3. ¿Qué beneficios genera este modelo?
Reduce el tráfico, mejora el acceso a servicios, fortalece la economía local y promueve una vida urbana más equilibrada.

4. ¿Puede funcionar en ciudades muy extensas?
Sí. La clave está en implementar este enfoque de manera descentralizada, a nivel de cada colonia, sin depender de una única zona.

5. ¿Qué papel juega el espacio público?
Es fundamental. Una ciudad de 15 minutos requiere calles seguras, parques cercanos y espacios compartidos que permitan la convivencia y el desplazamiento no motorizado.